jueves

Como excitarle...


¿Cómo fomentar el deseo?
Gracias a una atmósfera, a un ambiente erótico bien estudiado.
Respirar erotismo a tu alrededor embellecerá tus relaciones, aumentará tu placer e intimidad sexual.
En la mayor parte de los casos, para conseguirlo no se necesita gran cosa, simplemente utilizar los medios adecuados...
Instala una luz ambiental adaptada en el salón o en la habitación: debe ser tamizada, cálida, más bien amarilla anaranjada o incluso roja.
Importante: nunca azul o verde, que son colores fríos y poco propicios para la excitación.
Invierte en velas. Crean un halo de luz que incite a la intimidad.
Si la vela se coloca encima de la mesa, con el resto de la habitación a oscuras, y os sentáis el uno frente al otro, os sentiréis muy cerca, juntos en un mismo círculo de luz.
En la habitación, elige colores cálidos, tejidos étnicos, brillantes, llamativos.
Cortinas, alfombras, cojines... Huye como la peste del estilo "minimalista" o de un estilo " loft tendance depurado " metálico, frío y desnudo. ¡Es anti-erótico total!
¡Ponte guapa! Los hombres tienen un código de atracción erótico que pasar por los ojos.
Su mirada reacciona ante la estética femenina.
Decídete por ropa de colores cálidos, sexy, sugestivos, sin caer en la vulgaridad y sobre todo, que resalten tus puntos fuertes.
Maquíllate: los etnólogos dicen que el rojo de labios siempre tiene una resonancia erótica: tiende a representar el hecho de que los pequeños labios del sexo femenino se hinchen y enrojezcan con el deseo.
Sugiere: aunque la mirada es erógena, mostrar demasiado no lo es.
No exageres demasiado a la hora de vestirte: un escote sugestivo que deje adivinar es mucho más erótico que una camisa completamente transparente que muestre sin misterio todo tu pecho.
Movimientos eróticos: la mirada no sólo afecta a aquello que es inmóvil, también capta los movimientos… Algunos gestos son muy excitantes cuando el resto del ambiente permite interpretarlos: pasa la lengua por sus labios, cruza las piernas, acaricia tu pierna con una mano, desabotónate un poco más la camisa…
Instala un espejo en tu habitación. Observarse acariciándose, puede estimular los ardores.